Nacimiento:

Llegó el ultimo día de junio y con ella mi semana 38 y la verdad no me sentía nerviosa aunque sabía que el 2 de julio iba a ser la cesárea… Pero un día antes, en la tarde mientras me comía la tercera naranja de la jornada, me comencé a cuestionar, a dudar y a entrar en pánico por lo del dolor y todo eso que había leído y que pronto experimentaría, ya que era inevitable la famosa cesárea: el pequeño estaba de pie -posición podálica completa- y con una vuelta de cordón en su cuello. Así que me paré y fui donde Mr.H y lo abracé fuertemente… Fue un momento de esos mágicos en donde mi esposo me abraza y todas mis preocupaciones se desvanecen… en donde me siento segura. Así que después de decirme que todo estaría bien, miré la hora – eran las 20:00 horas- y decidí que debía tomar once pues después no podría comer nada más hasta el otro día (tenía que internarme a las 9:30 am y la cesárea sería entre 12/13horas). Ups -pensé- iré al baño primero… En ese momento el jefe de Mr.H lo llama al celular. Ya entrando al baño pensaba en lo bien que me había hecho desahogarme y el en momento en que me siento en el wc escuché un «clac» y comencé a orinar… Y orinar y orinar y… Esperen… Por ahí no sale la orina… OMG!! Rompí fuente!!!

Un segundo después abrí la puerta del baño (aún sentada en el wc) y dije «amor… Rompí bolsa»  Mr.H me miró nervioso y luego de cortar el celular, me dijo que él llamaría a mi papá -el tiene auto- y que yo contactara a la matrona, quién me calmó y me dijo que el bebé no saldría altiro así q me fuera para la clínica tranquilita. Acto seguido, lo primero que hice fue recordar a mi madre y me metí a la ducha… ¿Por qué recodar a mi madre me hizo hacer eso en ese momento? Pues ella me contó que cuando me tuvo, al romper fuente se fue directo al hospital… El tema es que como no la dejaron bañarse recibió a las visitas y estuvo incomoda toda la estadía. En cambio con mi hermana al sentir que la bebé venía, se tiró inmediatamente a la ducha, se arreglo y después se fue a la clínica… ¿Loco no?
Bueno volviendo al tema: me bañé y mientras descifraba como secarme las piernas mientras caía líquido amniótico -sí aún caía, es más toda la historia que está en color azul pasa mientras cae líquido sin parar- llegaron mis padres, me vestí como pude, agarramos los bolsos y nos fuimos -mi padre hasta tenía un nylon en el asiento- rápidamente. De camino iba un poco asustada ya que sentía pequeñas contracciones y cuando quisimos bajar del auto nos dimos cuenta q la calle estaba inundada, pues estaba lloviendo copiosamente, por lo que nos dejaron pasar al estacionamientos de la ambulancia… Demás está decir que cuando me bajé saqué otro litro más de entre mis piernas hasta que llegué a la silla de ruedas. Adentro ya estaba más tranquila y después de desvestirme y arreglarme en la habitación, llegó mi matrona quien me examinó y resolvió que entraría inmediatamente al quirófano (pues había otra chica en las mismas que yo).

Ya en el quirófano me sentí a gusto, pues todos eran muy simpáticos y mi matrona me acompañó en el momento que mas lo necesitaba, o sea en la temida raquídea, enseñándome que debía relajarme y bajar los hombros pensando en cosas lindas jajaja y luego que se me durmió todo hacia abajo, ya fue solo cortar y sacar… claro que pensé que seria un «sacar» no un «jalar»/ «tirar» en mi interior. Si me pidieran que lo describa… creo que no podría. Y en ese momento hicieron pasar a Mr. H que, con cámara en mano, vio todo el proceso de extracción y de repente un «Felicidades» y luego un «es un niñito» junto con el llanto fuerte y claro… De ahí me lo llevaron y lo pegaron a mi mejilla en donde lo pude saludar… estaba calladito, como sintiendo el ambiente. Luego vino la matrona y me dijo: «Es un varoncito sanito, pesó 3.060 kilos y mide 48,5 centímetros, ahora lo llevaremos junto al papá a maternidad» por lo que me quedé tranquila. En esa parte ya todo cambió, los médicos conversaban entre si, el anestesista atrás mio y yo ahí, en nada. En ese minuto me sentí un pedazo de carne en faena, era como si ese momento mágico pasó y «ahora a coser»… Después en post-operatorio llevaron inmediatamente a Bebesaurio para la lactancia. Esa creo que fue una de las grandes sorpresas: tendida en esa cama, llena de cables y sin poder moverme, mi bebé se pegó inmediatamente a mi pecho y todo fue mágico. Tenia sus ojos abiertos y succionaba como si siempre hubiésemos estado juntos…

wpid-wp-1407003663936.jpeg

La continuación de esta historia, en el post: «De como llegó bebesaurio (parte II): En la clinica«

5 Replies to “De cómo llegó Bebesaurio (parte I)”

  1. Cada quien tiene su historia. Yo no tengo niños, pero a mi hermana le pasó igual. El bebé se adelantó 3 días a la cesárea porque hubo temblor, y no me lo vas a creer, esa noche hubo cantidades de bebés, todos se adelantaron, parece que les agradó nacer en día tembloroso. Y eran todas niñas, el único varoncito en la clínica era el. Bendito entre las mujeres.
    Me alegra que todo haya salido bien con tu cesárea.

Deja una respuesta